El historiador aeronáutico D. Jaime Velarde está completando un estudio biográfico sobre el célebre y polifacético aviador D. Carlos Haya y su estirpe.
Mostramos aquí un avance de este importante trabajo que será publicado, íntegro, próximamente en nuestro boletín “En vuelo”
Cuando de niño le preguntaban a Carlos Haya qué quería ser de mayor, contestaba con tres opciones; torero, obispo y aviador. En su adolescencia, le apasionaba la épica, devorando con los ojos, más que leyendo, tanto los Episodios Nacionales de Galdós, como la Odisea o La Iliada de Homero…….….. Con seiscientas cincuenta horas de vuelo en su haber y una bien fundada confianza en sí mismo, Haya no debe poner muchas trabas a la propuesta que le hace un amigo suyo de Bilbao, Alvaro García Ogara, dueño de una flamante avioneta británica Avro “Avian”, para realizar juntos el siguiente verano un viaje al misterioso Oriente, en el que Haya se encargará de lo referente al vuelo y él de todo lo demás. El resultado es un viaje de mes y medio de duración y 9000 Km. de recorrido, que a través de Europa les lleva a Estambul y vuelta hasta Madrid, sin ningún incidente de relevancia, bueno, salvo la multa que le ponen al piloto español por la magnífica, pero no solicitada, demostración acrobática que efectúa sobre el aeródromo berlinés de Tempelhof……..…. lleva a Carlos Haya a perfeccionar un navegador giroscópico que ha inventado (un horizonte artificial que lleva además incorporado un indicador de virajes, con lo que se facilita extraordinariamente el vuelo instrumental) que con el tiempo será homologado para su empleo, no sólo por el servicio español de aeronáutica, sino también en los submarinos de la Armada, bajo el nombre de “Integral Haya”. Más tarde inventará también Haya un calculador de vuelo que ayuda a resolver problemas cotidianos tales como tiempo y distancia que queda hasta un punto determinado, velocidad sobre el suelo, corrección de deriva, etc…..